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Sabiduría del Parto

¿Qué es el parto?

En teoría el parto es el proceso fisiológico que da fin a la gestación y ocurre cuando el cuerpo de la madre da salida al bebé del útero al exterior.

Pero el parto no es sólo un proceso físico, también involucra la parte mental, emocional y espiritual. Lo que hace que se convierta en un proceso holístico muy profundo y lleno de desafíos.

Parto Natural

El parto natural es aquel donde la parturienta no recibe ningún tipo de intervención, es decir, no recibe medicación, maniobras o procedimientos regulares de un protocolo médico.

Esto no quiere decir que no reciba atención médica, sino que , los profesionales sanitarios que la acompañan sólo están a su lado por si ocurre alguna eventualidad en la que sí sea necesaria su intervención.

En el parto natural la mujer es protagonista y dueña de su proceso.

Tiene libertad de decisión y acción: puede elegir a sus acompañantes, puede moverse y adoptar las posturas que quiera, puede usar la ropa que quiera, puede comer y beber, puede gritar, cantar, bailar, puede estar en penumbras, puede ducharse, puede usar una piscina de partos, puede escuchar música, usar aromaterapia, puede utilizar la pelota de partos o cualquier otro elemento que favorezca al proceso.

No hay prisa, nadie la presiona.

Generalmente el Parto Natural ocurre en los Partos en Casa o en Centros Especializados que promueven el Parto Respetado.

Parto Convencional

Es aquel que conocemos que ocurre en los hospitales o clínicas y que sigue un protocolo médico lleno de intervenciones.

La parturienta debe seguir las indiccaciones y está muy limitado su poder de decisión y acción.

Generalmente recibe medicamentos para apresurar el proceso y bloquear el dolor. También recibe procedimientos o maniobras para medir, controlar y apresurar el parto y nacimiento.

¿Cómo eran los partos en la antigüedad?

Si nuestro cuerpo está diseñado para gestar a un bebé y para darlo a luz de forma natural, entonces simplemente podríamos confiar en nuestro cuerpo y obviar por completo una preparación para el día de nuestro parto.

Hace cientos o miles de años ocurría así, las mujeres no iban a ningún taller de preparación al parto, ni leían libros sobre el parto, pero tampoco  iban a controles mensuales con obstetras, ni parían en instituciones médicas.

En aquella época las mujeres vivían dentro de su familia o de su tribu los procesos femeninos con mucha naturalidad. Los partos eran en casa y las mujeres y niñas del grupo estaban presentes. Desde pequeñas sabían lo que era un parto y podían ver en directo los nacimientos. La mujer más sabia era quien cuidaba a la parturienta mientras las demás acompañaban en forma de ceremonia. Todas sabían y confiaban que la embarazada Sí podía hacerlo.

Con el paso del tiempo todo cambió y hemos llegado a un momento donde estamos desconectadas de lo femenino, donde nuestra sabiduría está completamente dormida y confiamos más en obstetras y en instituciones médicas que en nuestro cuerpo y en nuestro poder interior.

Parto en la actualidad

Lo que sabemos del parto son esas historias en hospitales donde la mujer permanece acostada, escuchando que no está dilatando, con una vía en el brazo que le suministra oxitocina artificial, conectada a monitores, sintiendo y sufriendo dolores terribles pidiendo la anestesia a gritos para que la salven de esa tortura, esperando instrucciones para saber lo que tiene que hacer, en algunos casos recibiendo una cesárea de emergencia porque hay sufrimiento fetal, y en otros casos tener que recibir intervenciones para que el bebé nazca porque ella no está en condiciones para pujar.

Y lamentablemente también existen casos donde reciben maltratos verbales y físicos de parte del personal de la institución porque algunos de ellos no están en sintonía con la parturienta y van a su trabajo como una rutina, donde han perdido el amor y la empatía.

Eso es lo que conocemos en la actualidad, y está muy pero muy lejos de lo que deberíamos experimentar el día del nacimiento de nuestro hijo y por partos como esos es que las mujeres tenemos tanto miedo.

¿Cómo tener un parto respetado?

Para poder cambiar esa realidad y poder experimentar partos diferentes, las mujeres necesitamos recuperar la sabiduría femenina y despertar, necesitamos reconectar con nuestro poder interior, nuestro instinto y nuestra naturaleza.

Podemos tomar consciencia a través de la información, preparándonos física, mental y emocionalmente para nuestro parto. Será necesario investigar, leer, asistir a cursos, talleres, y rodearnos de profesionales que apuestan por un parto respetado.

El conocimiento nos permitirá tomar decisiones con mucho criterio, que nos llevan a experiencias de partos más íntimos, con más consciencia, con más amor, en definitiva partos respetados.

El parto y nacimiento no es un trámite, es una experiencia trascendental para la madre, el padre y el hijo. Es una vivencia poderosa, única, e irrepetible que nos marcará para siempre en esta vida.

Si quieres tener a una Doula contigo durante tu embarazo, parto, postparto, o si necesitas más información sobre mis servicios puedes contactarme .

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